Quo vadis Europa?

El futuro de Europa, a debate

«La Europa utópica siempre hemos sabido que no era posible»

Jordi Pujol

Jordi Pujol

Jordi Pujol i Soley (Barcelona, 9 de junio de 1930) es un político catalán. Durante 23 años desempeñó el cargo de Presidente de la Generalidat de Catalunya. De su mano, Convergència i Unió gobernó Cataluña ininterrumpidamente desde 1980 hasta 2003. Europeísta convencido.

¿En qué punto se encuentra y hacia dónde va Europa?

La Europa utópica en realidad siempre hemos sabido que no era posible. Yo, desde muy joven, me interesé y me enamoré de la idea de una Europa utópica. La que describía, por ejemplo, una persona que tuvo una influencia intelectual en mí cuando yo tenía 20 años, que fue Coudenhove-Kalergi (austrohúngaro), que hizo un libro en 1923 que se llamaba “Paneuropa hacia los Estados Unidos de Europa”. Él planteaba una especie de UE como los EE.UU. Esto desde el primer momento ya se vio que era muy difícil, porque los EE.UU tienen una historia muy distinta de la que tiene Europa. Nosotros tenemos una edad media que ellos no han tenido, por ejemplo. Esto es lo que Helmut Schmidt, que fue canciller de la República Federal Alemana, dijo una vez: “Europa nunca será como los EE.UU, pero Europa tiene que ser y puede ser algo más, algo distinto y mucho más que no simplemente una alianza accidental, temporal y superficial de estados. Ahora estamos en esto. No una alianza superficial y evidentemente no los EE.UU, la Europa utópica. Lo que pasa es que ahora este objetivo intermedio entre la utopía y una realidad muy concreta también está en peligro. Creo que conseguiremos esta Europa unida, digamos de intensidad media, pero no de una unidad total, como los EE.UU. Ahora mismo esto también está en peligro, porque la crisis económica, la crisis social, la diversidad interna que pensábamos que podríamos superar bien y no hemos sabido superar, de tipo económico y de tipo social, ha provocado una fractura de mentalidad entre diversas partes de Europa, por ejemplo entre el norte y el sur. Por lo tanto, tenemos el peligro de no poder conseguir ni la solución intermedia, lo que era hasta ahora la UE. De todas formas, la crisis actual podría hacer que de una forma un poco paradójica hiciese progresar a la UE, porque está muy claro que sin más unidad política, no económica, sino política, más en una línea de los EE.UU, no tanto como ellos sino más en esta línea, sin que haya un ministerio del tesoro, sin que haya una serie de órganos muy efectivos, más de los que tenemos actualmente, pues no hay unidad europea. Ni en su versión más light y superficial. Por este motivo la señora Merkel creo que tiene razón cuando dice que necesitamos más unidad política, más unidad fiscal y por lo tanto cesión de soberanía, lo cual sería ir en la línea utópica. Ya se ha hecho alguna cosa de esto. Cada vez más, Bruselas ejerce una influencia en la elaboración de los presupuestos de los estados europeos. Esto irá a más. Claro, que tus presupuestos tengan que ser corregidos, tengan que ser supervisados por una autoridad que no es la del propio estado es un paso adelante hacia una unidad política. Pero si no lo hacemos así, retrocederemos. Esta es la situación que hay entre las tres posibilidades, la utópica, la real y la de descomposición un poco de lo que se está haciendo hasta ahora, espero que no pase.

En esta situación de distancia, ahora alejadísima entre el norte y el sur, el norte desconfianza hacia el sur, el sur resentimiento hacia el norte, ir hacia más integración con estos dos sentimientos contrapuestos parece imposible, parece una encrucijada difícil de resolver. No va a haber acuerdo, Alemania no cederá si no tiene más confianza, el sur no cederá sino desaparece este resentimiento.

Europa tiene que hacer una reflexión en este sentido. La prensa europea de ayer, que habla con alarma de esta especie de confrontación dialéctica que hay entre Francia y Alemania, porque claro, si éstas no se entienden no hay Europa. Los alemanes tienen razón, tiene que haber mucha más disciplina pero tienen que hacerlo de manera que no queden ahogados, que no queden asfixiados los países del sur, porque sino ni a ellos ni a nosotros no nos va a servir de nada. Ahora se tendrá que buscar, y yo espero que después de las elecciones alemanas algo se hará en este sentido, el como poder estimular las economías del sur. Pero las economías del sur tienen que modificar muy radicalmente su forma de actuar, porque no ha sido seria.

Antes de entrar en esta concreción de las economías del sur y algunos de los problemas que ha habido, también se lo preguntamos a Josep Borrell, poner las esperanzas en las elecciones alemanas, ¿no pone de manifiesto que el sistema de decisión europeo está un poco viciado? ¿Por qué tenemos que esperar a que un estado sea el que cambie el rumbo?

En primer lugar no es seguro que las elecciones alemanas lo resuelvan todo. Porque aquí se tiene la sensación de que si la señora Merkel perdiese y subiesen los socialistas todo cambiaría y no es verdad. En realidad la señora Merkel para aplicar su política, más de una vez tiene que acudir a los órganos parlamentarios alemanes, y no en todos tiene mayoría. Así que ella no podría salir adelante si no pudiese contar con el apoyo socialista. Por lo tanto, pensar que si ganasen los socialistas los alemanes harían otra política es erróneo, porque ahora la que está haciendo Alemania es compartida por los socialistas. Aquí esa impresión no la tiene la gente, pero es porque se informa mal de cuál es la situación alemana.

Yo me refería al problema que tiene Europa cuando su toma de decisiones depende solamente…

Tiene razón usted y tiene razón Borrell. Lo que pasa es que ha de haber más unidad. Si ahora para aplicar cualquier medida Alemania tuviera que acudir a un foro europeo, a un organismo, al parlamento mismo, ahora acaba de suceder esto. El parlamento ha obligado por primera vez, esto es posible y lo ha hecho, a retirar el presupuesto que les había enviado la Comisión Europea, porque considera que es demasiado restrictivo. Por lo tanto, es evidente que si hubiese más poder político centralizado en manos de la UE y del Parlamento Europeo, entonces podría haber una política más eficaz.

Pongamos sobre la mesa tres medidas concretas de las que se está hablando que podrían solucionar un poco la situación actual: una sería la unión fiscal, otra sería el control presupuestario en Bruselas y la tercera sería, que no ha acabado de arrancar pero que todo el mundo coincide que sería una buena solución, los eurobonos, que evidentemente Alemania es reticente porque no confía seguramente. ¿Estas medidas usted las ve factibles tal y como está el panorama político?

Tiene que haber más autoridad política para que los eurobonos sean de aceptación general, pero para que los países que luego tienen que devolver los eurobonos actúen de manera que los puedan devolver, o que al menos no haya que ayudarles de una manera desproporcionada. Por lo tanto, lo de los eurobonos va ligado también con el incremento de poder político europeo.

Le voy a dar una respuesta que nos dio Andreu Missé sobre esta medida de controlar el presupuesto de cada estado en Bruselas. Nos dijo que él no se cree que Alemania ponga su presupuesto en Bruselas para ser controlado, se cree que vayan a controlar el de España, Italia y Grecia.

Esto hay que verlo. A lo mejor si. Lo que pasa es que en estos momentos hay una crisis de confianza. Los griegos han engañado a la UE desde hace muchos años, falsificando las cuentas. España no ha hecho esto, pero España ha actuado con poca seriedad en su política económica. Grecia ha sido un desastre. Portugal no ha ido bien. Italia todo el mundo sabe que es un país que no ha hecho reformas. Precisamente en esto que decía de los periódicos europeos de hoy, había uno que hablando de esta confrontación francoalemana recordaba el caso de Schroeder. Del que fuera vicecanciller socialdemócrata, de Schroeder se puede decir lo que se quiera, hay gente que lo critica porque era un personaje un poco particular. Pero nadie le podrá negar a Schroeder que hizo unas reformas en Alemania que le costaron unas elecciones, que para hacerlas tuvo que dimitir de presidente del partido socialista, de su partido, no dimitió de canciller pero si de partido y perdió las elecciones. Hizo las cuatro reformas hards, que en realidad han proporcionado un gran beneficio a Alemania. La segunda parte importante, los democratacristianos estaban en la oposición y aunque en las reformas ellos estaban a favor, si se hubiesen dejado llevar por la acción de efecto inmediata y pequeña de la oposición que procura hacer la puñeta, podrían haber votado en contra. Y pasaba una cosa, Schroeder tenía mayoría para aprobar esto en las cortes, pero no la tenía en el senado. Para aprobarla en el senado, porque en el senado necesitaba una mayoría de dos tercios, necesitaba que alguien le ayudara, ¿quién le ayudó? La oposición, los democratacristianos. Ahora pasa al revés, la señora Merkel la política que está haciendo no la podría hacer si no contará, en determinados momentos, con el apoyo socialdemócrata. Ella tampoco tiene mayoría en el Bundesrat (senado), ¿entiende? Por lo tanto esto son formas de actuar.

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En España, ¿se podrían llevar a cabo pactos como este?

Ahora en España, que está en una situación muy crítica, es imposible que se saluden por la calle el PSOE y el PP. Pues en Alemania pasó esto, hicieron las reformas, las cuatro reformas hards: sobre la normativa laboral, sobre las pensiones, sobre la sanidad, etc. Y claro Alemania estaba en una situación muy crítica, estamos hablando de 2001/2002. Es la época en la que Aznar se reía y se burlaba de Alemania, porque como por aquel entonces nosotros estábamos en plena burbuja inmobiliaria y aquí se ganaba dinero fácilmente. Entonces en España, su presidente del gobierno en una célebre reunión que hubo en Berlín, humilló a Schroeder. Pero bueno… (ríe). ¡Venga va! Hay varios cambios de mentalidad serios e importantes que habría que introducir. Y esto es difícil, pero si se legisla para que esto no suceda y que por lo tanto para España haya más control de los presupuestos. No el control de España de los presupuestos en general. Estos temas los tenemos planteados a nivel catalán. En Cataluña tenemos un techo que nos impone Madrid y nosotros ahora estamos diciendo que debiera haber un techo que nos impusiera Bruselas. Lo que pasa que para hacer esto se tendría que hacer algo que en España no se ha hecho, que el reparto de dinero fuera más equitativo. Este tema del legado de equidad que debe tener de la solidaridad también se juega en todas estas cosas.

Yo quería volver un momento a la austeridad, que usted ha dicho que es necesaria pero que hay que ir con cuidado para que no suponga un empobrecimiento excesivo. Tenemos el concepto del modelo social europeo que usted ha definido como el mejor del mundo. Me gustaría saber como se puede explicar todavía hoy que este modelo es el mejor del mundo a los millones de parados, a los griegos…

(Ríe) Se puede explicar, claro, si lo explicas de una forma que sea sostenible. Si se derrumba no lo podemos hacer. Las cosas han de estar bien planteadas y estoy de acuerdo en líneas generales con la política alemana, pero encuentro a faltar algunas cosas. Una de ellas es que tienen que ser un poco más cuidadosos y entender mejor los problemas que tienen algunos países. Lo que pasa es que los alemanes van a decir una cosa: si, de acuerdo, pero más unidad política y más unidad fiscal. Mientras Grecia o Chipre o quien sea, una economía en la cual el sistema bancario es no se cuantas veces la economía del país y en la cual los déficits eran extraordinarios y todo esto se hacía con una gran alegría y una gran inconsciencia, pues los alemanes, con razón, dijeron no, hagámoslo de otra manera. La señora Merkel hace ya mucho tiempo que está diciendo más flexibilidad pero más poder político de la unión.

La pregunta reformulada sería: vistas las consecuencias de estos últimos años, consecuencias sociales, ¿se puede seguir hablando del mejor modelo del mundo? ¿O está caducado?

Si. En primer lugar creo que no está caducado. Podría caducar, pero para caducar sería necesario algo que puede suceder y que en realidad está sucediendo en algunos países europeos, y es que realmente la economía sufriese un revolcón muy muy fuerte, entonces no podríamos. Por ejemplo, en España, en Cataluña, conste que con poca satisfacción por parte del Govern de la Generalitat, pero la realidad ha sido esta, hemos tenido una burbuja tremenda inmobiliaria, una alegría, un gasto desenfrenado, e incluso otra cosa, una incitación por parte de algunos países a la inmigración. Incitación que en parte era una incitación activa, que venga gente. Otras veces no era activa pero prácticamente era una incitación porque claro si orientas la economía, como la orientó España, en un sentido que si lo que necesitas es mucha mano de obra de bajo nivel, entonces incentivas la inmigración. Mucha inmigración de bajo nivel. Esto sucedió y es muy grave, porque toda esta gente que está aquí nosotros somos responsables. En primer lugar porque están aquí y en segundo lugar porque están aquí porque nosotros actuamos de una manera que indirectamente era una invitación a que estuviesen aquí. Pero claro, esto nos va a llevar mucho más tiempo, hará más difícil que la situación se recomponga y que tengamos que sacrificar algunos aspectos del estado del bienestar, que los sacrificamos relativamente, porque por ejemplo Cataluña sigue teniendo un estado del bienestar. En sanidad concretamente, en otras cosas no tanto, pero en sanidad sigue teniendo un estado del bienestar. Una sanidad de muy alto nivel y además gratis. Porque fíjese usted, esta sanidad tan buena que nosotros tenemos, que puedan tener la mayoría de países del norte de Europa, no digo del sur ya, en Cataluña y en España es gratis. Lo cual no es así en Alemania, en Finlandia, en Suecia, en Holanda. Casi es gratis en Francia, pero no totalmente como aquí. Por lo tanto seguimos teniendo muy buen sistema, lo que pasa es que quizás este sistema no lo podemos mantener si no hay una reacción económica pronto y si no se hacen las reformas que hizo Schroeder. Schroeder hizo más pensiones, la póliza de trabajo, la reforma laboral, la sanidad, la enseñanza etc. Ellos siguen teniendo muy buen sistema y lo mantendrán, Porque ellos están en situación y capacidad. Nosotros no.

Me gustaría hablar de los efectos adversos que tiene esta crisis y las soluciones que se están dando hasta ahora en la ciudadanía y en su concepción de Europa. Usted siempre ha sido muy europeísta y ha hablado de una Cataluña de raíces europeas, de una Cataluña que mira a Europa.

Bueno las raíces las tenemos, aunque todo vaya muy mal la raíces seguirán estando.

Las raíces están pero me refiero a que siempre ha planteado una Cataluña que se proyecta en Europa y ahora hay datos que son realmente inéditos de una desafección ciudadana hacia la UE que seguramente, acertada o no, es lo que el ciudadano ha percibido.

A mi como europeo y europeísta, yo soy un patriota europeo, me defino así mismo. Desde la perspectiva del estado español y visto desde la perspectiva de Cataluña, como nación, como identidad y como proyecto, esta crisis me resulta en primer lugar muy inquietante y triste.

Jordi Pujol

¿Podemos salir de esto?

Pues sí, sí que saldremos yo creo. Pero evidentemente nosotros solos no podemos salir, tiene que salir Europa. Nosotros, Cataluña, podemos mejorar determinadas cosas, podemos introducir una mentalidad más disciplinada. Pero llegará un momento en el que la gente pedirá poder pagar algo por según qué medicinas, porque habrá un momento en que lo pedirá. Pero claro nosotros solos no podremos salir, los catalanes solos o los españoles solos…(ríe) Si quiere luego hablamos del tema de la independencia. Los catalanes, independientes o no, es difícil que podamos salir. España, independiente o no, por supuesto España será independiente, con Cataluña o sin ella, podría salir de esto, pero no, ella sola no. España debe tener en cuenta una cosa, la gente lo critica todo, contra Europa. ¿Por qué cree usted que España durante los últimos 25 años ha progresado tanto? 25 años hasta hace 8 o 9. Por el esfuerzo de la gente, porque la transición política se hizo bien, porque hubo una maduración de la población, por una serie de méritos propios, pero es que además entró un río de dinero, ¿de dónde? Europeo. Y dentro de lo europeo ¿de dónde? De algunos países determinados. España este dinero en parte lo invirtió bien y en parte no. Además lo más grave es que creó un tipo de funcionamiento económico poco disciplinado y poco serio incluso.

Pero yo creo que estará de acuerdo en que las instituciones europeas quedan muy alejadas del ciudadano, están muy alejadas del ciudadano, de hecho solo vota al Parlamento y el Parlamento tiene unas limitaciones bastante grandes, aunque las ha ampliado durante los últimos años. Las caras visibles nos las votan directamente los ciudadanos, ¿usted cree que debería haber cambios?

¡Sí! Yo creo que los habrá. El Parlamento, las instituciones europeas, serán más el resultado de la voluntad popular directa. Ahora algunas si, por ejemplo el Parlamento Europeo, las elecciones europeas, los diputados son elegidos directamente por el pueblo europeo. Pero en su conjunto, en cuanto a su funcionamiento, queda un poco lejos. De todas formas, si hacemos un balance de las instituciones europeas, es mejor que el que mucha gente opina o cree. La cantidad de dinero que se ha repartido por toda Europa, se ha aplicado bien o mal, pero son cifras muy importantes. La garantía que se ha dado de que ciertas cosas se harían, política medioambiental por ejemplo, todo esto lo ha cumplido. La garantía de que ciertas normas de convivencia serían observadas, la garantía de que todos los países funcionarían realmente democráticamente. Las grandes infraestructuras, ya no como consecuencia del río de dinero que ha entrado en los diversos estados, sobre todo en algunos como España, sino también por la propia acción directa de la UE. El apoyo que se ha dado a ciertas iniciativas de tipo industrial. El balance es positivo, muy positivo.

¿En el caso de España también?

Vea usted, pongamos el caso de España, es muy positivo, lo que pasa es que ahora como nos comparamos con la situación del año 2008, que era una situación alocada, que tenía que terminar mal, nos comparamos con lo que comprábamos, con el dinero que teníamos, entonces pensamos que estamos muy mal. Pero si nos comparamos en todo lo que es el conjunto de la sociedad española con la situación del año 95, que no estábamos tan bien como en 2008 pero ya había habido un progreso muy grande. Si ahora nos dijeran, tiene usted razón, no va mal, va bien, mire usted, vamos a hacerlo de forma que ahora nos situamos en como estábamos en el año 2006/2007/2008, supongo que mucha gente aceptaría y si no aceptase sería porque no se acordaría de como estábamos en el 80 en el 90 en el 2000. Hemos ido progresando, ahora no y hay cosas en las cuales se está haciendo marcha atrás y se hará marcha atrás.

Pero a pesar de todas estas iniciativas positivas existe esa desafección en el ciudadano, eso quiere decir que a lo mejor los gobiernos estatales no han actuado honestamente, es decir, se han apuntado los tantos y han enviado a Europa las culpas.

Esto ha pasado mucho si.

Esto a lo mejor no alienta de cara a esa futura voluntad política que tiene que haber para más integración.

Tiene usted razón. Si quiere decir que hay muchas cosas que se han hecho mal, por parte de todo el mundo, no es necesario que se esfuerce. Pero lo que pasa, es que de todas formas, el balance, pongamos por ejemplo el caso de la sanidad. Ahora hay gente que se enfada y que protesta porque hay algún servicio que no funciona como funcionaba hace 6 años. Pero de todas formas nosotros seguimos teniendo una sanidad muy buena en Europa, y le diré una cosa, en Cataluña la tenemos muy buena. Yo no estoy en el gobierno, yo no tengo responsabilidad ni tengo necesidad de defender mi gestión, quizás de años atrás que sería mucho más fácil de defender, pero si comparamos lo que teníamos en los años 90 con lo que tenemos ahora seguimos teniendo una muy buena sanidad. Por lo tanto, quiero decir que Europa y la coyuntura económica, política, económica y social europea durante estos últimos 20 o 30 años ha sido positiva, o sea que es verdad que a veces los políticos locales, lo mismo da que sean catalanes que españoles, en un momento dado renegaron de Europa. Pero la gente ha de entender, hay que explicárselo, que esto de Europa ha sido un gran progreso. Esto a un chico de 15 años no se lo puedes explicar, pero a una persona de 40 se lo tienes que explicar y ha de entender que ha sido así. Usted tiene que ver un día de estos a Almunia, que le haga la explicación que me hacía sobre estas cosas. Usted invita a una serie de gente a un gran banquete y como quiere quedar muy bien, exageradamente bien, por su vanidad o por lo que sea, pues entonces usted saca un primer plato de ostras y un segundo plato también exquisito. Esto ha sido así y la gente ya se ha comido las ostras. Lo malo de la ostra es que una vez te la has comido ya no sirve para nada. Pero en otros aspectos, que son infraestructuras, niveles de enseñanza, de sanidad, básicamente se mantienen, quizás un poco recortadas, pero están. Almunia termina diciendo: cuando se acerca el final de la comida, se acerca el mayordomo y dice: ya no hay más ostras, ni langostinos, no hay caviar, se acabó, no hay cava ni champagne del mejor, tendríamos que sacar un vino peleón. Ahora lo que tienen que hacer los gobiernos es responder: ¿Y las ostras? No, las ostras se acabaron.

¿Quién tiene la culpa?

El dueño de la casa, por lo tanto del gobierno. También es verdad que la gente cuando se les explica que ya no hay más ostras tendrá que comer una buena merluza, que también está muy bien. Entonces dicen, ¡oh qué malo merluza! ¿no?. Es lógico. Porque la gente ya no se da cuenta de cuando se comía la sardina, que por cierto es muy buena también, pero eso es otra cosa. Pues esto es lo que pasa y por lo tanto los políticos tendrían que encontrar otra forma de explicar las cosas, eso es verdad, lo que pasa que es muy difícil, porque el político ha de concurrir unas elecciones. Fíjese, no hay ningún gobierno en Europa, y hoy es un buen día para recordarlo, no hay ningún gobierno en Europa que gane unas elecciones. Ayer o anteayer hubo elecciones en Islandia. En Islandia hubo una catástrofe, provocada digamos quizás por otros factores, pero bueno en todo caso quien mandaba y era responsable era un gobierno conservador. Bien. Entonces la gente se enfadó mucho, vinieron las elecciones y hubo un partido socialdemócrata que dijo yo esto lo arreglaré. Lo arreglaré mejor y sin tanto coste moral, personal como quería hacer el partido conservador. Hubo elecciones y los conservadores fueron expulsados del poder. 4 años de gobierno, ahora ese gobierno se presenta a las elecciones con un país absolutamente cambiado en positivo, pero, y la gente quizás se da cuenta de eso, pero que ha pasado, el gobierno que tenía una gran mayoría ha perdido las elecciones y vuelve el antiguo partido. ¿Por qué? Incluso con éxito porque lo de Islandia es un éxito, un ejemplo pequeño pero también vale para analizar. Esto también ha pasado en Francia. No hay ni un gobierno que vaya a a las elecciones y gane. La única excepción sería Holanda, media excepción.

Otro problema, a nivel de elecciones, que se está viendo con esta desafección es el gran aumento de los populismos y de la extrema derecha, en algunos casos extrema izquierda, que lo que hacen es bloquear algunos parlamentos.

Hay un gran riesgo político en Europa, en algunos países más que en otros, pero en todos poco o mucho. Francia es un caso evidente. En estos momentos Le Front Nacional ha avanzado mucho, pero en la izquierda hay grupos que se están radicalizando mucho. En Italia ya ha visto lo que ha pasado, no hay un radicalismo de izquierda, pero hay un radicalismo un poco extraño en todo esto del Grillismo. Y además todo esto lleva a una posible descomposición o disgregación o decadencia en todo caso de los partidos tradicionales más o menos de centro. En España en estos momentos las encuestas dicen, no se si será verdad, que entre PP y PSOE no llegarían al 50%, ambos bajarían. Me parece un poco fuerte, pero en fin, con lo cual la gobernabilidad se hace difícil.

¿Se podría reivindicar si el año que viene en las elecciones del Parlamento Europeo se formara un parlamento mayoritariamente euroescéptico? ¿Usted teme esa situación?

Sí, pero totalmente euroescéptico en el sentido de que tuviesen mayoría los euroescépticos no creo. Aunque seguro que tendrán más presencia estos partidos.

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Para cerrar este capítulo. El gran objetivo de la UE fue la paz. ¿Cree que este estado es irreversible?

No no. Esto no es reversible. Creo que esto es uno de los grandes éxitos de la UE, no el único. Estamos hablando en un momento de crisis, pero mire usted, la UE nace en 1945, con Europa destruida, con 3 guerras en 80 años, Alemania destruida físicamente, moralmente, políticamente. Italia en una situación muy difícil. Francia también en una situación complicada. GB endeudada hasta el final aunque no tan destruida. En una situación económica muy difícil. GB hace una cosa muy importante en aquel momento y lo hizo un partido socialista, nada de conservadores. Hizo una política muy dura. Volvió a perder las elecciones al cabo de 5 años por cierto y volvió Churchill, pero en todas partes hay que hacerlo. El tema en España es especialmente claro en este sentido. España no se da cuenta, la población española, la gente, los periódicos, buena parte del mundo intelectual, por supuesto la política, no se da cuenta de que España ha perdido una guerra.

¿Contra quién?

Contra ella misma. No contra los alemanes, seamos serios. Los alemanes nos han enviado cantidades enormes de dinero. Hemos absorbido mal este cambio tan radical, bien en muchos aspectos, porque uno cuando ve el cambio que ha habido en las infraestructuras, el cambio que ha habido en la formación de la gente, el cambio que ha habido en el nivel de educación. O sea que España se ha transformado bien, pero no ha calibrado bien las cosas y ahora evidentemente tenemos mejores carreteras, tenemos no se cuantos aves, tenemos algunas grandes empresas de dimensión mundial, etc. Eso está ahí. Pasado mañana serán productivos de una forma y otra, pero no puede pagar la luz de esta semana.

¿Entonces qué pasa?

Pues que la gente tiene que darse cuenta de esto y hay que explicárselo, hemos perdido la guerra. Vamos a ver, Alemania perdió la guerra. El país quedó destrozado. Millones y millones que se quedaron en Rusia, les quitaron territorio y además estaba ocupada, etc. Tenía otro problema, tenía la guerra, tenía una culpa moral por el tema del holocausto, que le hizo mucho daño. Tenía muchos alemanes que venían de Rusia, de los países bálticos. El país se dijo hemos perdido la guerra e hizo una reflexión, además hemos cometido un crimen contra la humanidad. Estamos bajo 0. ¿Que hay que hacer ahora? Pues trabajar. El estado del bienestar ya vendrá. De momento tenemos que pedir un poco de limosna a nuestros vecinos. Trabajar en serio, de una forma inteligente y no buscar excusas. A los judíos vamos a hacerles un monumento para proclamar que los alemanes nos autoinculpamos. Lo hicieron en una de las plazas más céntricas de Berlín. Hemos perdido la guerra en un cierto sentido moralmente, económicamente, hemos perdido territorio, nos han echado de sitios, pero vamos a levantar el país. El caso de Alemania es tan extremo que casi no nos sirve porque afortunadamente ninguno de nosotros tiene que arrepentirse de matar judíos. No se pueden comparar. Pero como referencia, es admirable la actitud. No debemos buscar excusas. Afortunadamente a España no le va a pasar esto, ni a Portugal, ni a Chipre, porque la destrucción no es la misma. Podría ser muy grave la destrucción si la reacción en vez de ser la alemana fuese la de decir todo es culpa de la señora Merkel. Es verdad que la señora Merkel es un poco inflexible, no todo lo ha hecho bien, pero también es cierto que lo de un estado entero como Grecia, que falsea las cuentas, no es hacer las cosas con seriedad.

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